NARRATIVA

Estamos cansadas. La carga nos supera física y emocionalmente. Corremos de la computadora a la lavadora, de la clase en línea, a la junta, de la comida a escribir el informe; con el calendario repleto de actividades debemos hacer una pausa para contener el ataque de angustia de una hija que se abruma porque "todos los niños hablan al mismo...

"Cuando esto acabe ..." Así comienzan decenas de publicaciones que he visto en las redes sociales, algunos para decir que plantaran un árbol, otros que se darán muchos abrazos o que visitaran la playa, también que comerán aquel platillo que el encierro impide disfrutar, lo que es verdad es que estamos hechos de instantes, por eso la cuarentena...

La cuarentena: series, comida, home office, compras, pendientes, insomnio. Así ha sido para mí. Más sensible en general, más preocupada por el futuro. Preocupada también por mi salud y por mi falta de ganas de hacer ejercicio.

"Por violencia obstétrica pude no haber nacido, pero aquí estoy para luchar por todas", se leía en el letrero que sostenía Margarita, mientras que al mismo tiempo cargaba a su hija en la marcha del #8M. Su pequeña era el motivo de caminar entre las miles de mujeres que como ella, exigen no ser silenciadas. Su grito fue para que...

"Fueron horas esperando, yo tenía súper duro el dolor de las contracciones, me dijeron que me faltaban tres milímetros, pero ya no aguantaba el cuerpo, sentía, no sé, no sé ni como explicarte. La beba ya quería salir, me metieron de urgencia, casi que me llevaban caminando. Estuve todavía esperando, no sé cuánto tiempo pasó, yo sentía que se me...

Un día decidí que ya no tendría más hijos. Lo dispuse cuando estaba embarazada del segundo, y ese día, creí que era dueña de mi cuerpo. Después me di cuenta de que no siempre iba a ser así.

La amabilidad que caracterizó a mi ginecólogo durante los ocho meses que llevó el seguimiento de mi embarazo se esfumó, cuando le mostré mi plan de parto: "Yo no hago partos sin anestesia", me dijo, y luego me desplegó una lista de posibilidades para convencerme de que no sabía lo que decía: "Te vas a shockear", "No vas...

Salí con cautela de mi casa. Esperé a que todos se fueran para recoger un par de maletas, unas bolsas de plástico con ropa y marcharme. No, no me fui a otro país como hubiera querido en ese momento. Me fui de mi casa porque quería ser libre. Quería demostrar que podía ser independiente y vivir sola.


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