DE REGRESO

25.05.2021

Por: PA

Hace semanas, la vida me sacudió. Una circunstancia inesperada me orilló a hacer una pausa. Honestamente, no fue fácil aceptarlo, pero tuve que reconocerme sola y con la incertidumbre de encontrar nuevamente el camino.

En el fondo, sabía que el trago amargo pasaría, pero de repente te descubres perdida, ajena en tu propio cuerpo, dispersa en tu mente. Intentas convencer a medio mundo de que Roma sigue en pie, pero no estás segura.

Tienes que convencerte de que vale la pena, pero cuando todos se dan la vuelta otra vez estás tú, intentando el logro acrobático, haciendo malabares internos. ¿Cómo es que una persona puede descolocarnos?

Este diálogo ambiguo, casi contradictorio, me llevó a mí. Y me aventuré a bajar a la raíz. "Cuídate de los altares, jamás se te ocurra subirte a uno como hija modelo, ni como noviecita santa, ni como esposa abnegada, ni muchísimo menos como madre mexicana. Cumple con tus deberes y no aspires a recompensas imaginarias, porque son un fraude" escribió Rosario Castellanos y yo le fallé, cuando me subí al altar.

Aspiré a las recompensas imaginarias, que por supuesto, nunca llegaron. ¿A quién culpar? No lo sé. Y ante la falta de certeza, el camino comienza en sumergirte a ti misma, con empatía, con mucho cuidado. Volcarte en ti y en nadie más.

En una taza de café, en la esperanza de que con bondad estarás mejor. Pasar días silenciosa, sin entender qué sucede, sin saber qué decir. Temerosa, sin poder dormir. Asaltada por recuerdos, sintiendo ganas de correr para detener el tiempo.

Cansada de pensar y de sentir los cuchillos afilados de las preguntas sin respuesta. Vacía de optimismo, sintiendo los brazos como las alas de las mariposas que chocan en los cristales sin darse cuenta.

Esquivando mensajes y llamadas. Removiendo archivos mentales mientras te contemplas en el espejo con desánimo. Algo surge, los ojos se abren y ven más allá. Soy yo, no hay otra, no hay nadie más.

Llegar al punto de lo obvio: no hay marcha atrás, ya nada será igual. Por dentro, algo cambió y te trajo de regreso.


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