Más allá de la copa

13.08.2020

Por: Elisa Hernández

Es probable que la copa menstrual llegue a tu vida por dos motivos. Uno, estás intentando disminuir tu huella de carbono en el mundo, optando por productos y servicios más naturales, hechos localmente o de un bajo impacto ambiental.

Y entonces optas por esta nueva alternativa que te permite dejar de tirar a la basura alrededor de 25 toallas sanitarias o tampones cada período menstrual, lo que multiplicado por mes y por cada año de vida reproductiva da una espeluznante cifra de 9 mil toallas ¡por cada mujer del mundo!

Son toneladas de desechos que no son reciclables ni biodegradables, así que se sumarán a las montañas de basura que ocupan los rellenos sanitarios de todas las ciudades, o aún peor, a nuestros mares.

El segundo motivo por el que gran parte de las mujeres se decide por el uso de la copa menstrual es la comodidad. Pues resulta un millón de veces más cómodo utilizar una pequeña copa que se introduce en nuestro cuerpo sin provocar molestias ni rozaduras, que usar una toalla sanitaria, que a tantas chicas les generan irritación, malos olores, infecciones y a veces penosos "accidentes" sobre su ropa. Todo esto potenciado enormemente si se trata de un día de verano a 40 grados centígrados.

Ya sea por desconocimiento o tabúes, existen muchas mujeres que aún no conocen su existencia. Una vez que las chicas se enteran de la copa menstrual, conocen las ventajas de su uso, como la que no se siente absolutamente nada traerla puesta, con ella no hay riesgo de fugas de sangre menstrual y permite cualquier actividad física que normalmente evitamos durante nuestra menstruación, como correr, nadar, hacer yoga, pilates o cualquier otro ejercicio, incluso algo tan sencillo como dormir, en completa comodidad y sin riesgo de mancharnos; una vez que las mujeres se enteran de todo esto generalmente se deciden a cambiar.

Así que bien, estas son los dos grandes ventajas por las que las chicas hacen el gran cambio. ¡Pero no son las únicas! Aquí hay tres poderosas razones por las que la copa es, sin lugar a dudas, la mejor opción entre cualquier otra, incluso sobre aquellas alternativas ecológicas como las toallas de tela reutilizables o las pantaletas absorbentes. La primera, y de bastante peso, es la económica. Solo se necesita de una copa, porque su tiempo de vida es de hasta 10 años, y su costo ronda entre los 500 y los 800 pesos.

Si, es un precio alto, pero la realidad solo se paga una vez, contra un gasto promedio de 100 pesos en toallas o tampones mes tras mes, durante más de 30 años. La otra gran ventaja es la salud. ¿Acaso hay algo más importante? La copa nos permite tener menstruaciones más saludables, pues implica un proceso mucho más higiénico al contener la sangre, ya que ésta no sale de nuestro cuerpo, por lo tanto no entra en contacto con el oxígeno y no se descompone (como sucede con las toallas, donde rápidamente cambia de color y empieza a oler mal) por lo tanto, el riesgo de infecciones vaginales disminuye enormemente.

Y por otro lado, con la copita podemos observar cada mes nuestra sangre menstrual, conocer bien su color y textura, dándonos la capacidad de distinguir cuando algo no anda bien y necesitamos visitar a nuestro ginecólogo. ¡Ojo! Para que la copa menstrual cumpla a cabalidad con este punto debe estar certificada y estar hecha de silicona hipoalergénica de nivel quirúrgico, un material que está probado científicamente que no produce alergias ni reacciones negativas en el cuerpo humano. Por último, el beneficio del que casi no se habla, pero que considero magnífico e importantísimo, es el empoderamiento que la copa nos brinda.

Sé que la palabra empoderamiento está un poco trillada, pero realmente no hay mejor forma de definirlo. Gracias a la copa una mujer debe conocer mucho mejor su cuerpo para poder colocarla y utilizarla correctamente. En la gran mayoría de los casos las mujeres no sabíamos casi nada de nuestra vagina antes de usar la copa por primera vez, pero tuvimos que investigar y aprender. La información es poder.

Además ¡Nos atrevimos a tocar nuestro cuerpo! Y cuánto miedo y vergüenza teníamos de hacerlo, pero luego nos dimos cuenta que no tenía nada de malo ni de complicado. Gracias a la copa ahora nos sentimos mucho más seguras sin importar el día del mes. Seguras para ir al trabajo, para salir a hacer ejercicio, para tener una cita, para ir de vacaciones, cuando antes nos preocupaba estar en "nuestros días" y dejábamos de hacer cosas que nos gustan o que necesitábamos.

La copa nos da ese poder, el de decidir lo que queremos hacer, cómo y cuándo, el de conocernos mejor y por lo tanto disfrutar más nuestro cuerpo y tomar mejores decisiones sobre él. Y todo esto repercute directamente en nuestra autoestima, en nuestro amor propio y las ganas de cuidarnos, defendernos y apoyarnos entre nosotras. En resumen, la copa no solamente representa un beneficio al medio ambiente, como bien se conoce, sino que transforma nuestra vida de muchas formas y todas ellas positivas.

Ahora que estás informada puedes darte la oportunidad de probarla, experimenta tu proceso con tu cuerpo y conoce por ti misma esta alternativa.


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Elisa Hernández: elisagabrielahd@gmail.com 

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